Hace aproximadamente diecisiete años llegué a la casa en la que vivo con mi madre y mis hermanos. Con esfuerzo, donaciones y deudas por doquier mi madre logró levantar sus paredes y ponerle techo.

Hoy nuestra casa tiene dos pisos techados y está bien conservada. Sin embargo, hace poco sucedió algo que durante un tiempo había dejado de suceder, pero que por circunstancias de la vida, supongo que ha vuelto a pasar.

No se puede decir que mi casa sea vieja, tampoco ha sido construída sobre un cementerio, ni muchos menos ha sido habitada por alguien antes de nosotros. No obstante, todos hemos tenido contacto con alguna aparición o energía extraña al menos una vez en estos diecisiete años.

Mi abuela, quien hace casi un mes llegó para quedarse temporalmente, nos contó hace un par de días que había recibido una visita por parte de sus familiares. Incluyendo su madre.

Yo no le creería -y hasta me reiría- si no hubiera tenido yo también experiencias similares en esta casa. Claro que puedo relatar mis experiencias y lo haré a su debido tiempo (en la segunda o tercera parte), pero por ahora sólo relataré lo que nos contó la abuela.

Debo empezar señalando que mi abuela se está recuperando en mi casa de una intervención quirúrgica que la ha dejado bastante débil. Ahora lo que ella nos contó.

Mi abuela dice haber sido visitada a la medianoche por su madre, vestida de blanco, sin expresión facial y tomada de la mano por una niña a quien no reconocía. Mi abuela dice además haber querido gritar, pero sin posibilidad alguna ya que por alguna razón no podía mover la boca.

Al día siguiente, relata haber recibido la visita de cinco familiares -entre hermanos y sobrinos- fallecidos que llegaron hasta su cama para rodearla y mirarla con una sonrisa que la asustaba, por lo que se entiende que no eran expresiones dulces ni tiernas.

La pregunta es, ¿sería posible que un aspecto de la cercanía a la muerte sea anunciada por nuestros familiares fallecidos?, ¿será un "privilegio" de aquellos que hicieron daño o un trámite para todos?

Aunque su experiencia con estos fantasmas no ha sido escalofriante como las que hemos tenido mi madre, mis hermanos y yo, empiezo a creer que las situaciones de este tipo son circunstanciales y requieren de un motivo que les abra la puerta de la casa.

En la parte 2 me encargaré de relatar los acontecimientos paranormales de los miembros de mi familia.

Preparen canchita.

Katsumoto

Comments (0)