Sé que todo lo que está sucediendo en mi vida últimamente es obra tuya, papá. Ambos sabemos que estas cosas no habrían sucedido si sólo dependiera de mí.

Aunque mi voluntad sea fuerte, todo lo demás depende de las de los demás y yo no logro sintonizarme con el común de la gente. Tal vez sea por eso que incluso ahora me siento distinto, cuando debería sentirme menos o igual.

Cada día es una lección nueva. Ahora conversamos tanto como antes. No me estoy volviendo loco, ese peligro pasó hace hace unos meses y ahora estoy retomando mi vida. Estoy seguro de que a pesar de que el alma y la energía existen, no es posible la comunicación entre los que estamos aún aquí, como yo, y los que ya partieron, como tú.

Sin embargo, últimamente me recuerdas las lecciones que me diste desde que te volví a ver luego de esos cinco años que no te tuve a mi lado; y una que otra nueva lección.

Ayúdame a ser mejor, a ser útil y a cambiar el mundo en el que vivo. Dame las fuerzas que tú tuviste para enfrentarte a la vida y darle la contra, con tal de ver en los demás el cambio que viste en tu propia vida.

Sigue conversando conmigo, por favor, papá.